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Capítulo 8. Gracias por las criticas.
Desperté alrededor del mediodía. Estaba muy hambriento. Mi madre me preguntó como me sentía, y porque había tenido aquél accidente Siguiendo el consejo de Ángela, le dije que no recordaba muy bien las cosas y enseguida me cuestionó sobre lo que había hecho aquella noche. Además, recibí una reprimenda por no haber avisado de mi situación. Después de eso, no hubo más cuestiones, sino cuidados. De pronto aquél solitario cuarto se pobló de familiares y amigos. Algunos preocupados, otros serios, y demás contentos por mi recuperación.
El resto del día fue para descansar y periódicamente las enfermeras acudían a realizar los cuidados necesarios. La comida era pobremente deliciosa, ya quería abandonar aquel lugar. Mi madre dejó de preocuparse, y a pesar de su cara larga, hice que fuera a descansar a casa, ya que el médico había dicho que mañana sería dado de alta.
La enfermera del turno vespertino me dió los últimos medicamentos, y me dijo que descansara. Si requería algo, solo accionara el intercomunicador y el personal en turno vendría inmediatamente. Demasiadas atenciones, después de todo, el lugar no estaba tan mal. Nunca había estado internado, y siempre que acudía por algún motivo a visitar a alguien en esa situación, no podía soportar mucho tiempo el encierro. Pero ésta vez lo disfrutaba, me sentía seguro después de tantas emociones vividas y quería recuperarme.
Traté de dormir al salir la enfermera pero alguien toco la puerta, y le dije que podía pasar. Era Ángela. Estaba aquí, de nuevo. Me saludó y se sentó a mi lado. Traía un pequeño bolso consigo. Estaba vestida como toda una ejecutiva o mujer de negocios, muy formal. Realmente era una chica muy atractiva.
- Hola, ¿como se encuentra el enfermo hoy?. - preguntó con voz muy suave.
- Me siento muy bien, aunque con algo de hambre. La comida de éste lugar sabe a nada - repuse.
- Lo imaginaba. Te traje algo de comer. No es mucho pero es para que no extrañes el mundo exterior. - sonrió pícaramente, y sacó de su bolso una pequeña hamburguesa, que en pasadas ocasiones sería algo desagradable, resultó un manjar. Mientras comía, ella estaba muy pensativa, y en momentos me miraba con mucha atención. Debía haberme puesto nervioso, pero estaba realmente disfrutando aquel alimento que solo pensaba en eso. Al terminar, comenzamos a hablar.
- Oye, ¿que clase de accidente fue el que tuve? ¿Tú me trajiste aquí? ¿Qué fue lo que pasó? -
-Disculpa por que las cosas hayan sucedido de esa forma. Mis superiores no confiaban en ti del todo, pero después de lo ocurrido aquel día, no les quedó ninguna duda. No podíamos llegar a un hospital asi como asi. Por eso te di ese tranquilizante. Simulamos un accidente de auto, y lo demás lo supones. Te trajeron aquí, te atendieron y se avisó a tus familiares. -
- ¡Pues si que me sorprendes, pues ahora hasta sin auto me quedé ! - le repliqué.
- Será reparado y todo lo haremos nosotros, no te preocupes. Y una vez más, discúlpame -
- No te preocupes, - le dije - Solo quiero que termines de decir las cosas.-
- La persona que trajo consigo las piezas de África a Europa estuvo internado en un hospital psiquiátrico por 10 años. Según sus expedientes, decía que había voces que le ordenaban salir y recuperar lo perdido años antes. Mencionaba que lo atormentaban todas las noches. Hubo días enteros que estaba en éxtasis, escribiendo extraños tratados en una lengua muy antigua. Hasta que un día uno de sus enfermeros fue asesinado. La última vez había sido visto asegurando aquel enfermo. Cuando lo encontraron, aquel hombre estaba con el cuerpo desmembrado, pero las partes habían sido unidas por gruesos cables, como si fuera una marioneta humana. El enfermo había sido atado a su cama de seguridad. Nadie dió crédito a lo que había sucedido, trataron de culparlo, pero no había pruebas suficientes para hacerlo. Asi ocurrieron cuatro muertes más, hasta que un día aquel hombre desapareció misteriosamente. Su nombre era William Onan -
- Meses después de aquel incidente, el hijo del Dr. Phineas sufrió un atentado. Permaneció en coma dos años, sus trabajos habían sido robados y toda su familia había sido asesinada. Antes de este incidente, el se había dado cuenta que las piezas formaban parte de una llave, pero no sabía la puerta ni hacia donde conduciría. Estaba seguro de algo, lo que había detrás de todo esto no era muy alentador. Decidió formar un grupo que se encargase de encontrarlas, tarea casi imposible, pues estaban perdidas alrededor del mundo. Llevamos años trataron de recuperarlas, y solo hemos conseguido tener una sola.... -
- Espera , - la interrumpí - y entonces porque vienen a mí. Yo no tengo ninguna de esas piezas. Tal vez están en un error- repuse.
- Está contigo sin darte cuenta, no nos podemos equivocar.-
Era muy extraña su historia, pero le creía. Pero no podía pensar que yo tenía aquella figura en mis manos, y sin darme cuenta. Como sería lo que buscaban Y donde podría estar. Necesitaba hacer memoria de todas las cosas de las que estaba rodeado, para poder descubrir parte del misterio.
1 comentario:
Pues te posteo en este pues es el último capítulo... desde el primero me tuviste de que O_O!!! y luego?!?!?!?! de hecho eso es lo único malo de tu historia, es tan adictiva que desespera que no postees más rápido las continuaciones, ajajaj pero la verdad en serio muchas felicidades, creeme que a mi ni me gusta leer pero tu historia ya me tiene cautivo, excelente estilo narrativo el tuyo, no es tan elevado tu vocabulario, pero tampoco es una vil historieta vulgar, excelente balance literario y cultural, y pues... ESCRIBE PERRO ESCRIBE!! AJAJAJ NTC...
P.D. Estoy esperando de que yaaaaa el IX...
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